lunes, agosto 31, 2009

CARACAS CIUDAD ACULTURIZADA

Vista de Caracas por John Thomas 1839.


Pienso que la ciudad de Caracas de alguna forma está "aculturizada" es imposible en medio del caos citadino y el ritmo desopilante de capital, que una familia que sale a las 4 de la mañana a trabajar la madre y el padre y sus hijos a las 6 para sus clases, que se lleven lo que van a comer preparado la noche antes apuradamente, y que almuercen en alguna mesa de una feria de comida en algún centro comercial caraqueño y lleguen tarde cansados y quizás ni se vean unos con otros. Hablo acá de la comida, qué recetas podría enseñar la madre a la hija si el sábado van a hacer mercado, a lavar el carro, y en la noche unos al cine y otros a visitar a sus padres o qué se yo a donde. Familias que no comparten la mesa, familias que no cocinan juntas. Recetas que no pasan de madres a hijas, tradiciones que no existen, hallacas que se mandan a hacer. Uno de mis cocineros me cuenta que en su casa no hacen hallacas, que nunca se han hecho, que las compran. Vamos hacia la "aculturización" a privativa, no-culturización de nuestras ciudades. El ritmo de vida nos come, me da pena ver a los empleados de empresas comer en viandas sobre bancos de parques, con mirada triste, qué clase de mesa tiene Caracas si está hundida en las promociones de las cadenas trasnacionales. No, no es un discurso oficialista, pero pienso que no nos vendría mal un poco de nacionalismo.

Ese cuento de Scannonne de que el repertorio de recetas de una familia no asciende a mas de 12 o 15 recetas creo que se queda corto. Hasta las empanadas vienen prefabricadas en empaques de solo añada agua y revuelva. Cocina de microondas, cocina de caliente y ya, cocina ya preparada. El ritmo nos hace perezosos, o nos hace pensar que no debemos perder los ratos ociosos en cocinar platos tan elaborados. Siento que la cocina se llena de químicos, de recetas que no son tradicionales, he visto a más de un chef echoneto diciendo barbaridades de como se debe maridar la hallaca o que es tradicional en una región del país acompañar el hervido con no sé que vino, o que los encurtidos en mostaza y el cubito de pollo son imprecindibles en tal receta. Siento que nuestro recetario va mueriendo lentamente, que nuestras tradiciones se pierden para siempre, que la cultura se a-culturiza. Siento tristeza, mucha tristeza por lo que se perderán nuestros hijos, ya Caracas no es la de techos rojos que tanto amó Billo Frómeta, ni la de los ricos condumios que anhela Scannonne en sus coloridos libros.

domingo, agosto 09, 2009

NO BOTARAS LA COMIDA



Botar comida, botar vegetales, dejarlos dañar, desperdiciar vegetales... No lo sé en lo personal me cuesta mucho botar comida, en los restaurantes se bota mucha, en las comidas rápidas transnacionales demasiadas. Dicen que el reloj de doble tiempo de los McDonald´s es para medir el tiempo útil de un Big Mac, que después de esos 7 minutos o algo así no sirve y debe desecharse, ni siquiera le regalan la comida a los que no pueden pagar por ella, por aquello del mercado que dice que sería menospreciar un excelente producto que se ofrece en sus locales.

Volviendo a los restaurantes también se bota mucha comida, dependiendo de la gerencia pudiera ser demasiada comida procesada o mucha materia prima deteriorada. En cuanto a los vegetales les pongo este ejemplo: en Venezuela solo se usa la parte blanca del cebollín, la parte verde la botan. El ajo porro o puerro le cortan lo verde y lo botan. Eso en las cocinas que se precian de exquisitas, en otras una gran olla con agua espera por los desechos vegetales, rabitos de la zanahoria, hojas del celery, piel de la cebolla, y demás desechos, con ese caldo se cocina o se hacen otras preparaciones. Una buena cocina no debe desperdiciar nada, hasta la concha de la patilla se puede preparar como conserva en vinagre.

Creo que botar algún vegetal o sus partes es de alguna manera un irrespeto por el producto, por el agricultor, por el vendedor, por la madre naturaleza y con la cocina. Dicen que la agricultura es el arte de saber esperar, de hecho el hombre dejó de ser nómada cuando comenzó a cultivar la tierra. Detrás de una rama de puerro hay tiempo, dinero, paciencia, trabajo, traslados, cuidados, problemas, y un montón de cosas que no se toman en cuenta. Que alejamos estamos de la producción de los alimentos, digo que los cocineros deben ir a ver cómo se siembra y cosecha los vegetales y frutas que usa en su cocina. Digo que en las escuelas de cocina debería haber un apartado en esa materia. Creo que el cocinero se debe al producto y no alrevéz. Necesario es que tengamos conciencia que el cocinar es un acto sagrado que transforma los regalos de la naturaleza, y el esfuerzo de la humanidad reflejado en la cosecha, el trabajo que hace al hombre hombre; transforma esto en algo comestible que da sustento y alimento al hombre para continuar trabajando y por su puesto viviendo.

Esto lo digo porque hoy una de mis cocineras botó medio puerro a la basura, un bello y grandioso puerro con el que hicimos luego del rescate necesario y la limpieza adecuada una rica sopa. Me preocupa sobre manera el botar comida a la basura.